Volvo Penta es sinónimo de calidad, fiabilidad e innovación. Un compromiso que ha cumplido a la perfección y del que cualquier cliente o colaborador puede dar fe.
Sin embargo, hay otro compromiso de la marca sueca menos conocido y que lleva años proporcionando importantes avances: el del respeto al medio ambiente y el constante impulso a la sostenibilidad. Desde antes del año 2000, los estudios y desarrollos de la marca ya estaban orientados a objetivos de desarrollo sostenible.
En el año 2005, Volvo Penta lazó el IPS (Inboard Performance System). Una auténtica revolución, no solo al conseguir embarcaciones más rápidas, robustas y silenciosas sino, sobre todo, por alcanzar una eficiencia en el consumo de combustible nunca vista hasta la fecha.
En el año 2011, Volvo Penta consiguió convertir su principal fábrica de motores en Suecia, en una factoría 100% neutra en carbono.
En el año 2016 incorporó la compatibilidad con el aceite vegetal hidrotratado (HVO) en todos sus motores diésel. Cabe recordar que el HVO es un combustible estable y de alta calidad que puede reducir las emisiones de CO2 fósil hasta en un 90 %.
Ese mismo año, Volvo Penta se adhirió a los Objetivos de Desarrollo Sostenible promulgados por la ONU en 2015. Su itinerario hacia la ssotenibilidad ha quedado marcado por objetivos muy claros:
- Reducción de las emisiones en un 50%.
- Impulso a la electrificación a través del desarrollo de desarrollo de celdas de combustible.
- Aumento del reciclaje en todos los productos.
- Cero operaciones en vertedero para 2030.
- Eliminación de sustancias nocivas para el medio ambiente en todos los procesos.
Además de estos objetivos medioambientales, VolVo Penta es una referencia en la implantación de sistemas de seguridad para sus trabajadores, programas de inclusión y diversidad y la garantía de condiciones laborales justas en toda su cadena de producción y en la de sus colaboradores y proveedores.